A principios del S. XX fue la gripe española la que dio fama en todo el planeta a los españoles: “muy mala fama, y sin tener ninguna culpa de ello", todo hay que decirlo. El fútbol, el tenis y la F1 cambiaron todo esto, y a principios del S. XXI los españoles obtuvimos algo de “buena fama”. Claro que, el mundo no supo nada de lo ocurrido en Aceuchal en Extremadura La zona cero de un extraño brote con origen en un extraño virus llamdo NHZV o Virus Z, y más concretamente de la Cepa (NHZV1ª) ―extremadamente contagiosa y letal―. Virus, en apariencia y por el modo como actúa semejante al SOLANUM, aunque en esencia muy distinto; y que en la calle se le comenzó llamando localmente, pero sobretodo por la prensa: Gripe de los Barros". Y que finalmente, se terminó por conocer con otro nombre, mucho más inquietante.





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 INTRODUCCIÓN AL BLOG

Al contrario de lo que señala en la introducción de su libro, el propio Robert Kirkman, guionista y creador de The walking dead: yo “No” quiero asustar a la gente: ni muchísimo menos. Por suerte,  y al contrario de lo que decía Max Brooks, autor de ZOMBI Guía de Supervivencia: Los muertos aún No están entre nosotros. De modo, que lo que me gustaría de verdad es entretenerles en estos momentos y días de tanta incertidumbre. Si esto ocurre, me daré por satisfecho, y si no, también.

Cuando por primera vez pasó por mi mente, la idea de narrar una historia de Terror, y hacerlo de modo competente, dudé. No sabía si sería capaz. No en vano, yo soy el tío que escribió “Morcillas de cebolla zombi” en la Revista Red CF, revista que yo mismo editaba, y motivo por el cual, y más que posiblemente se publicó. Morcillas de cebolla zombi era, hasta entonces, mi único trabajo escrito al respecto de temática zombi, al margen de otro relato corto e inacabado, de titulo “Tamagochi Zombi”. Con  semejantes antecedentes,  no sabía si sería capaz de afrontar el reto de un trabajo más serio, hoy sigo sin saberlo, pero no me importa.

Todo el mundo dice, y creé, que tratar y escribir sobre temática zombi es sencillo, y sucede que se equivocan. Además, esto nos lleva a que no se le preste la suficiente atención, a lo que se podría estar sugiriendo, o, “debería” sugerirse con mayor profundidad en estas historias: hablamos de pandemias. Pandemias iguales o peores que la Gripe española del 1919, que acabo con 50.000.000 de personas, el Sarampión, o el mismísimo Cólera no andan rezagados (Ni que decir, la situación en la que nos encontramos todos actualmente. No estará de más entonces, recordar que estas cosas ―las pandemias― de un modo u otro ocurre en algún momento: hoy está ocurriendo. Las ha habido siempre, y las seguirá habiendo a lo largo de la existencia pues, si hay algo verdaderamente extendido a todos los organismos vivos de la tierra, con una capacidad sorprendente de mutación, resistencia y adaptación son los virus y las bacterias. Además, la propia historia nos dice, que entre los humanos ha sido muy raro el siglo, si lo ha habido, en el que no hubo en un lugar u otro del planeta, una plaga infecciosa que mermase a la población, diezmándola, como se está dando ahora el caso: “esperemos no tener que lamentar no haber estado más preparados”.  Un caso extremo sería el de La Peste Negra en Europa, durante la Edad Media, llegando a amenazar la existencia de la especie. No se trata pues, de hacerles pasar más miedo, del que ahora puedan tener, y de no conseguirlo jamás. Desconozco si alguien pasa o pasó miedo alguna vez leyendo libros o viendo películas de zombis. Será más entonces hacerles recapacitar, o intentarlo ante una situación extrema. Una situación extrema donde la sociedad en conjunto: población, gobierno y ejército de un lugar determinado, deberán afrontar lo inimaginable, intentando contener lo incontenible; un terror, que por contra del “coronavirus”, el sí tiene forma. Por supuesto en esta historia hay una parte “fantástica” como en casi todas la historias buenas, y que no desvelaré. Para eso tendrán que leerse el blog.

Pero otra cosa que no entiendo, y me pregunto, es ¿por qué llaman historias de terror a las historias de Zombis? Las buenas son mucho más que malas historias de terror. Las historias de zombis ―las buenas― deberían ser por encima de todo, historias de supervivencia, de adaptación y extrema violencia. Adaptación de las personas que habitan esas historias. Adaptación, a un entorno cambiante y hostil  “el más brutalmente hostil imaginable”, que muta y se transforma con la aparente finalidad de terminar con la vida de quienes en él se encuentran. Debes adaptarte o perecer: volver a los orígenes y confiar en el instinto para sobrevivir. Quizá ayer tenías tu vida ―una vida normal y maravillosa― pero mañana puede que no tengas ya nada de eso. Mañana tendrás que matar para sobrevivir, y deberás hacerlo de la manera más rápida y efectiva posible; asegurándote de que el que esta en el suelo no se vuelva levantar. Tendrás que robar, sobre todo robar, que es lo que más mola, y hacer cosas que jamás imaginaste, o sí. Eso, si quieres sobrevivir.

Otro aspecto que encuentro deficiente en muchas historias de zombis, en este caso mejorable ―y así lo intentaré― primero es, que ya están empezadas cuando comienzas a leer, o nadie sabe exactamente como empezó todo (ni el autor), y los zombis aparecen sin más: atacando y mordiendo a diestro y siniestro, aportando poca documentación o crónica del estallido inicial, y evolución del suceso, que en si mismo también es importante. Personalmente, y en el modo que me sea  humanamente posible, a mí me comprometeré con esta historia, a la que esperamos se unan más personas, al menos hasta que todo esto pase, y podamos volver a vivir en paz y libertad en nuestras ciudades. Estaré aquí combatiendo y, narrando puntualmente las historias y peripecias del “terrones” y sus amigos. Todo en un mundo infectado, pero al fin y al cabo su mundo: tan interesante para mí, como lo pueda ser el mío propio, por cierto, hoy tan infectado como el suyo.

El autor.


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