22 de diciembre de 2010

CAPITULO 1 - 02 (Llegan los colegas)


 
                                                             II : Desorden

...Somewhere, between the sacred silence and sleep,
                                              Disorder, disorder, disorder...
                                                              « System Of A Down »

     El sonido de un altavoz me despertó. Abrí los ojos sobresaltado, y observé el reloj de la pared que marcaba las doce y media. Si la hora era la correcta, habían pasado más de cinco horas desde que me quedase dormido en el sillón del comedor exhausto. Fuera en la calle, quién fuese no dejaba de meter caña con el jodido altavoz; y si bien, el sonido llegaba con toda su intensidad hasta mis oídos, una fuerte distorsión me impedía entender nada de lo que decía. En un primer momento, supongo que debido a la lentitud con la que normalmente regreso del sueño a la vigilia, pensé que seria el piconero con su furgoneta, dando por culo como cada invierno, intentando vender su producto a los del pueblo. De modo, que sin más  me levanté y me dirigí a la cocina. Cerré la puerta, y prepararé un café con un par de tostadas. Me encendí un cigarro mientras se calentaba la tostadora, y le di un par de caladas profundas: de aquellas que tumban de espaldas de buena mañana, cuando. de pronto... «Mierda ―exclamé». 

     Aún, sin terminar de despabilarme del todo recapacité, ante el recuerdo e imágenes venidas a mi mente de lo sucedido la noche anterior. Salí  de la cocina a paso ligero. En el salón vi las dos escopetas, que se encontraban todavía junto al sillón del que me acababa de levantar. Me detuve un instante al lado de estas, las miré y finalmente cogí una, la superpuesta. Entonces me dirigí corriendo a la ventana de la sala que daba a la calle Santa Marina, y que tan mal recuerdo me traía de la noche anterior. Todavía se podía escuchar levemente el sonido del altavoz. Descorrí la persiana y me asomé escopeta en mano, con cautela. Creí ver a lejos, un vehículo del ejército, o quizá, de la guardia civil. Este parecía ir dando consignas, pero no puede entender con claridad ninguna de ellas. Tampoco ayudaba que el vehículo estuviese bastante alejado y prosiguiese camino dirección al ayuntamiento. Giré la cabeza, mirando dirección a la capilla y... « Joder ―exclamé, repitiendo de nuevo― Mierda ». No me había dado cuenta. Extrañamente la calle, el asfalto, estaba limpio. Muy distinto ha como se encontraba a primera hora de la mañana, cuando me asomé por primera vez. No había sangre,  solo agua y algo que olía a jabón. Pero no era eso lo que me inquietaba.

     


 Hay cosas ―señales― que cuando unos las siente, intuye que algo no va, o no va a ir bien, en el futuro. Así encontramos señales que por lo cotidiano en nuestras vidas son evidentes y fáciles de reconocer para cualquiera: la fiebre tras un corte profundo en la piel, o los nubarrones grises en el cielo. Por encima de estas, se encuentran aquellas señales, en las que se advierte que la situación, ya comprometida, todavía puede empeorar y ponerse peor de lo que estaba: el olor a tierra húmeda en el aire, los rayos y los truenos. son algunas de ellas; si bien, hay otras menos naturales que las anteriores, pero a las que debemos estar, si cabe, todavía más atentos y alerta, cuando nuestro instinto nos advierta, quizá de forma velada y difícil de comprender en un primer momento, de que tu mismo, estas en el centro de la más grande de todas las mierdas. Y eso fue lo que sentí, cuando pude ver a lo largo de la calle, desde mi casa hasta la capilla de la virgen de la Soledad, coches mal estacionados, algunos atravesados en la vía, junto a gran cantidad de maletas, algunas abiertas y revueltas, tiradas en el suelo: Puertas y ventanas de casas abiertas de par en par, no ayudaban a calmarme. Lo que advertía era el caos y el desorden. Caos y desorden, dentro de una estructura ordenada como lo puede ser una comunidad, un pueblo, o en mayor medida una ciudad. En definitiva, caos y desorden donde no debería haberlo. Por suerte, fue en aquel instante antes de que me dispusiese a salir de casa, no tengo claro si a pedir ayuda, o información a quien pudiese ofrecérmela, que de entre un intenso ruido de interferencias surgió una voz reclamando mi atención,  diciendo: «¡Capullo! ¿Estás Ahí?... ¡imbécil Contesta!... Cambio».

     Tardé apenas unos segundos en darme cuenta que estaba escuchando mi px-888. Un modelo de Walky. Salté como un resorte abalanzándome sobre el baúl de material, de donde salía la voz, que de inmediato reconocí como la de Aitor. Justo en aquel momento se fue la luz y la electricidad en la casa. La pantalla iluminada, me oriento dentro de la caja de material hasta el aparato. Cogí este, apreté el interruptor y contesté:

―¿Aitor eres tú? ―solté el botón del aparato esperando una respuesta, que no llegaba―. Vamos joder ¡Responde!...Cambio.

―No, no soy yo ―contestó por fin―, soy tu madre. ¿Por qué no dices también mis apellidos y numero de la seguridad social? ¿Dónde te habías metido?

―Lo siento. Estaba durmiendo ―respondí, llevándome las manos a la cabeza por el error―. Cambio.

―Menuda marmota. Abre por detrás, voy camino de tu casa... Cambio.

―¿Sabes qué esta pasando?... Cambio. ―pregunté.

―¡La puta invasión. Eso esta pasando! ―dijo Aitor.

―¿ Qué dices?

Que no salgas de tu casa joder. Se han estado llevando a toda la gente de los alrrededores. Cambia por debajo de 30 y no vuelvas a esta frecuencia. Si quieres, escucha la VHF baja, entre 30 y 40 MHz en FM, a pasos de 25 Khz, o un poco más arriba, hasta los 79 MHz . Parece la puta convención de militares.


    Lo que Aitor quería decir era que buscase las frecuencias en VHF del ejercito, que son las que se usan con los equipos PRC-77 y BCC-349 entre pelotones. No me demoré ni un minuto en conectar, y ahí estaban. Se trataba de toda una jodida convención. En apenas un par de minutos escrutando las bandas, pude comprobar que se habían movilizado dotaciones policiales y fuerzas especiales de seguridad del estado para el bloqueo de una amplia zona de la comarca de los Barros. El ejercito había desplazado buena parte del Batallón ¨Alcántara¨ III/16, perteneciente al Regimiento de Infantería Mecanizada “Castilla 16”, apodada “El Héroe”, y estaba movilizando blindados Leopardo IIA4 , TOA y ATP, pertenecientes a la Mecanizada XI ¨Extremadura¨ de la Base General Menacho, de la DIMZ Brunete, hacia el hospital Tierra de Barros.

      

Dejé de un lado el comunicador apagándolo, por si rastreaban frecuencias los militares, y me dirigí a la parte de atrás de la casa. Salí al patio, lo atravesé y abrí el portón trasero con cuidado de no hacer demasiado ruido quitando la cadena y el candado. Asomé ligeramente la cabeza y miré hacia abajo: no pude ver a nadie. Entonces escuché un silbido. Miré en la dirección contraria, hacia arriba, y a unos 50 metros, sentado en el hueco de una ventana, pude ver a Aitor. Llevaba el uniforme que solemos usar en las partidas de Airsof, con las que nos mantenemos en forma sin despertar sospechas. Le hice una señal con la mano y sonrió saltando después al suelo, para dirigirse inmediatamente  hacia la entrada de mi casa. Entró a toda prisa y cerramos el portón de nuevo, pasando la cadena y el candado. Nos dirigimos al interior de la casa. Aitor estaba manifiestamente alterado, pero lo que comenzó a preocuparme realmente fue darme cuenta, que llevaba un M4 con el cargador dispuesto y el seguro quitado. Para aquellos que lo ignoren, el M4 es una versión carabina del fusil de asalto M-16, de puntería menos precisa, y que utiliza munición 5,56 x 45 mm OTAN, con cargadores de 30 proyectiles...

―¡Acaban de cortar la luz! ―dije alzando la voz, con la intención de que Aitor me escuchase. Si bien, este no parecía prestarme atención, dando vueltas de un lado a otro del salón―. ¿Lo sabias? ¿Me escuchas?

―Si ―respondió Aitor―. Están cortando la luz en todo el pueblo. Por cierto, ¿Dónde tienes el grupo electrógeno? No lo veo por ningún sitio.

―Detrás, en el patio ―le respondí, mostrando mi malestar―. ¿Por qué? Escucha, ¿Sabes que está pasando? ¿Me contaras que pasa, o seguirás a lo tuyo?

      Aitor paró de dar vueltas y sentó en el sofá, frente a la televisión apagada. Me pidió un frenadol, y luego, haciendo un gesto con la mano, me invitó a sentarme junto a el.

―¿Que es lo que sabes de lo que esta pasando? ―me preguntó.

―¿Yo? ―pregunté con gesto ignorante― Sé lo que vi y escuché anoche. Primero una explosión, y luego pasado un buen rato, la gente del pueblo había enloquecido, atacándose unos a otros.

―¿Viste a esa gente verdad? ¿No te parecieron raros?

―¿Si las vi? intentaron atacarme y entrar entrar en casa. Por poco anoche no me cago de miedo en los pantalones. Y sí, algunos de ellos parecían... parecían...

―ZOMBIS. Muertos levantados de las tumbas. Como los de las pelis. Vamos puedes decirlo, seguro lo estas pensando: Eran unos putos zombis ―. Dijo Aitor, dibujando una extraña sonrisa en su rostro.

―ZOMBIS dices...Hay que joderse. De todos modos no entiendo la presencia de blindados rodeando en el pueblo.

―Eso, es porque has leído poco sobre el género. 


―Cierto ―. Respondí.

Hay blindados allá donde mires, pero lo que has oído por la emisora no es todo. Chemi y yo Hemos copiado comunicaciones, entre equipos PR4G "Tadiran" que usan los leopardo y se mencionaba que se estaban desplazando hacia aquí la primera Bandera de La Legión "infantería ligera acorazada (BMR)" de Melilla; y a la Cuarta Bandera "Cristo de Lepanto" del Tercio Duque de Alba, de Ceuta.

―joder. No lo entiendo. ¿Y nuestro plan? ¿Cómo afecta todo esto a nuestro Plan?

―De ninguna manera afecta. Solo que en lugar de atracar el furgón blindado, atracaremos el banco directamente. Ahora no hay guardias, ni policía en el pueblo. Además, tal y como esta el asunto, deberíamos aprovechar la ocasión. No vamos a tener otra igual en la vida

―¿Estas seguro de eso? ¿Seguro Que no hay nadie en el pueblo? ¿Qué me dices del vehículo que ha pasado antes?

―Segurísimo. Los del coche buscan desperdigados. Aunque creo que ya se los llevaron a todos. No te imaginas como esta la situación. No has visto nada todavía. Te has perdido lo mejor de la fiesta amigo, mientras dormías ―dijo Aitor.

―¡A qué te refieres― pregunté.

―Tranquilo... ya te contaré. Ahora trae el grupo. Vamos a abrir el zulo y a sacar todo nuestro equipo.

―¿Las armas pesadas también?

―Por supuesto, el lanza granadas y los pepinos nos lo llevamos con nosotros. Aunque no tengamos que reventar el furgón blindado ahora, tendremos que reventar la sucursal y la caja fuerte, si queremos llevarnos las perras.

―Claro.. La caja Blindada.

―Escúchame ―dijo Aitor―. Sobre todo debemos estar preparados, ya no solo para escapar de los vivos que nos puedan perseguir, sino también de los muertos y... de eso otro que hay ahí fuera.

―¿Lo otro? ―pregunté.

― Si, lo otro. Pero olvidarlo ahora, y vamos de una vez a sacar nuestras cosas del agujero. No sabemos cuanto tiempo tenemos.

      Aitor había ideado algo para recuperar todo nuestro equipo. Con las unidades militares rondando cada dos por tres, era arriesgado perforar un agujero en el suelo de la habitación de invitados, donde lo teníamos enterrado. De modo, que el plan era el siguiente. Chemi acababa de llegar y traía unos cables que conectaría con la instalación de altavoces propiedad de la iglesia que utilizaba don José, el cura, para hacer llegar el sonido de las campanas a toda la población. Aprovecharíamos su red de altavoces por todo el pueblo, a los que conectaríamos un DVD, el cual pondríamos en marcha junto a los altavoces, gracias al grupo electrógeno. Una vez estuvo preparado todo, solo faltaba agarrar el martillo percutor, las mazas y prepararse a golpear el suelo con todas nuestras fuerzas, aunque ...

―¿Lo repasaste todo Chemi? ¿Sube el volumen del amplificador, y mete el DVD?―dije a Chemi.

―El DVD claro... ¿Cuál pongo?

―Joder Chemi. Toma la maza y déjame a mi .





© Jorge Maqueda Merchán (texto)
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12 comentarios:

El Mostro dijo...

Un abrazo grande y felices fiestas!

josue marchena "el terrones" dijo...

Igualmente Mostro, Felices fiestas: que alegria leerte, uno hecha de menos a la gente.

El Sith Blaugrana dijo...

He leido que nos invaden: pos nada aquí estamos. puedes utilizar mis datos en la Novela si gustas. Muy weno lo de Sistem of a Dawm. vaya punto, solo falta el video

JMM dijo...

Animo... fuerza y al TORO

Unknown dijo...

Miriam Vamos bien..el video genial!!!

josue marchena "el terrones" dijo...

Gracias wapa, esta publicado a la carrera pues no queria demorar, pero lo pulo mañana, lo que viene es brutal. os dare algo que no olvidareis. España no esta preparada para el infierno que se avecina

Abriles dijo...

¡Coto, muy corto...me ha sabido a poco!¡Voy a por el tercero!

josue marchena "el terrones" dijo...

Gracias abriles, Ya estamos en el tercero, para el sabado esta terminado. gracias.

Carlos Suchowolski dijo...

Muy bueno, de verdad (los detallitos para el corrector de estilo cuando se publique). La idea va muy bien, el ritmo también, está además tremendamente simpático, jovial, fresco... Ya seguiré con las sucesivas... ¡adelante (y no la jodas que vas muy bien)!

josue marchena "el terrones" dijo...

Gracias Carlos, jaja, sí el corrector tendrá que trabajar duro. Me alegro que te guste. Estamos trabajando para darle un giro, de esos inesperados que: o la joden del todo o te enganchan.

Maeroth dijo...

Ostras que magnífico lo del piconero! jaja que risa me he pegado.
De nuevo increíble las descripciones del ejército español y los tutoriales de armas. La historia comienza fuerte.

josue marchena "el terrones" dijo...

Pues te vas a mear de risa con aitor en el tercero. jejej